Capitulo III

EL LECTOR DE NUBES

                Para ser medio día el clima era realmente fresco, el cielo parecía un parque formado por miles de nubes de algodón, podías observar lo que quisieras, todo dependiendo de tu imaginación, disfrute de la vista mientras caminaba hasta que entré al sendero y la copa de los arboles reemplazó al moteado cielo azul, entonces mi mente se centró en recuperar el tiempo perdido avanzando rápidamente por el camino marcado de forma natural  en medio del bosque, los arboles crecían a diestra y siniestra haciendo que cualquier caminante despistado o inexperto incluso despistado e inexperto a la vez, se perdiera en sus inmensidades...

                Algunos arbustos crecían en medio obligándote a separarte del sendero y dejar a tu instinto guiar de vez en cuando hasta que aparecía de nuevo un camino a seguir, te orientas con reglas básicas de supervivencia que aprendes de la experiencia “la cual solo son los errores a los que sobrevives en el pasado” un pequeño riachuelo apareció a mi lado mientras seguía mi camino y aproveche para refrescar mi garganta y rellenar mi termo.

Al abrir el mapa ubique mis coordenadas con la ayuda de un GPS solo para descubrir que donde estaba no era precisamente donde debía estar y según lo que veía, debí salir del bosque por lo menos media hora atrás y estar en este momento en una ruta de vehículos donde esperaba encontrar alguien que me diera un aventón, en su lugar estaba a orillas de una pequeña corriente de agua rodeado por arboles realmente frondosos.

                Tenía la sensación de que cualquier cosa estaba más cerca de mí que el borde de este verde, al ver que estaba perdido guarde mis instrumentos y seguí el sendero que a algún lugar me debía llevar, al acabarse el agua comencé a preocuparme realmente en mi situación y podría haber entrado en la desesperación si no fuera por una claridad que había más adelante, camine más rápido de lo normal por la sensación de haberme escapado de una mala situación y burlar al destino, pero cuando llegue mis ánimos duraron el tiempo que me llevo comprender lo que veía.

Un valle de unos doscientos metros de diámetro, formanba un semicírculo en mitad del bosque, solo la grama crecía en el, los arboles daban la impresión de formar una barrera protegiéndolo de cualquier intruso y al mismo tiempo parecían unas rejas para que nada pudiera salir de el, este terreno estaba unos dos metros por debajo del nivel donde yo me encontraba y al otro lado había un pozo  formado por una caída de agua (una pequeña cascada) que daba un aire de frescura, el pozo no tenia vegetación al rededor y la orilla estaba formada por piedras, cerca de la cascada habían rocas grandes y por lo que podía ver era la única forma de subir ese muro de dos metros de tierra sin ayuda ya que estas formaban de alguna manera una escalera, como estaba perdido y sin rumbo decidí dar una vuelta y aprovecharía el agua.

                Camine por el borde hasta llegar a las grandes rocas y saltando en ellas baje hasta llegar al suelo, al estar abajo, el valle tomaba un aire misterioso y pesado, la grama tenía un tono opaco y parecía que la luz evitara quedarse mucho tiempo porque aun siendo plena tarde y la copa de los arboles estar lejos el ambiente era oscuro, caminando aun por la orilla hacia el pozo tropecé con un tronco pero al fijarme mejor era la pierna de una estatua algo extraña, tenia ropa de verdad y muy ornamentada así que el autor debía estar muy orgulloso de su obra, tenía una expresión muy seria aunque reflejaba serenidad, según su aspecto en general era una criatura extraña con grandes cuernos los cuales parecían más ramas que otra cosa y una barba muy larga que le llegaba a la mitad del pecho, estaba viendo al cielo e instintivamente vi en la misma dirección...

-        ¿Qué ves?

-        Las nubes

                Sobresaltado voltee porque creía estar solo en ese valle y por eso pensé en voz alta, pero alguien había respondido mi pregunta aunque fuera retorica y al dar una vuelta con la vista no logre ver a nadie entonces revise entre las rocas y tampoco había nada, aquí no había lugar para esconderse excepto las rocas y el pozo, voltee rápido al pozo y el agua estaba agitada por la pequeña catarata entonces me pareció claro...

-        ¿Qué ganas con esconderte? Sal y dime quien eres...

-        ¿Por qué crees que me escondo? Si estoy a la vista de cualquiera en este valle.

                La voz no provenía del pozo  y tampoco salió algo del agua, seguí mi oído y me señalo la estatua pero esta no daba señas de haberse movido ni un milímetro, aún con dudas encima le dirigí la palabra aunque me parecía una idea algo loca hablarle a una estatua...

-        ¿Has sido tú quien ha hablado?

               

                En ese momento se le movieron los labios pero no era piedra de lo que estaba hecho porque estos no parecieron mostrar resistencia al movimiento, sin embargo fue lo único que se movió.

-        ¿A quién más le hablabas si no era a mi?

-        Solo era un pensamiento, pero ya que hablas y respondiste mi pregunta ¿porque ves las nubes?

-        Típica curiosidad de los humanos ¡Me caes bien! Las veo porque puedo leerlas.

-        ¿¡Lees las nubes!? ¡Eso es de locos, tu también me caes bien! ¿Qué puedes leer?

-        Las nubes son libros abiertos y dicen de todo lo que puedas saber incluso sobre el nuevo mundo.

-        Incluso sobre un nuevo mundo ¿Eh? ¿Me enseñarías a leer las nubes?

-        Un humano leyendo nubes eso despierta incluso mi interés, veamos que puedes hacer.... Mira el cielo y dime que puedes ver...

-        Umm... puedo ver una gran flor y una mariposa, allí está un dragón y la luna... jajajaja.

-        Muy bien humano incluso la luna pudiste ver. Ahora deja volar tu mente y sin pensar en nada dime ¿Que te dijeron las nubes?

-        Sin pensar en nada... No es nada fácil aunque se escuche muy simple...

-        Buena observación, te daré una pista... Todo y nada están más cerca de lo que crees.

                Esas palabras terminaron de voltear mi mente extasiada de tanta emoción, quise seguir el juego a esto tratando de llegar al fondo de alguna atracción turística de una feria o algo así pero resulto interesante e incluso me enseñaría a “leer nubes” no se para que podría servirme pero sólo lo quería aprender y el “¿Para qué?” Lo descubriré después, primero debía aprenderlo.

De verdad era difícil  pensar en nada, era la primera vez que escuchaba sobre leer nubes y lo escuche de una estatua parlante, aun así me lo tome muy enserio, de verdad no tengo uso de la razón...

                Trate de concentrarme en nada pero no sabía cómo era nada pues es algo ilógico, no puede existir algo que represente nada ya que nada es ausencia de todo "la ausencia de todo" esa frase me dio escalofríos algo tiene que significar lo que acabo de pensar.

-        ¿Me podrías ayudar un poco más? Trate de asociar nada a algo en que concentrarme pero eso es ilógico ya que nada es la ausencia de todo.

-        Es increíble humano, has encontrado el secreto de pensar en nada en un instante, tu facilidad de razonar me tiene sorprendido, así que en premio, te lo explicare un poco mejor pero sigue siendo trabajo tuyo encontrar la forma, es distinto para cada quien encontrar la forma de liberar la mente.

-        Escuchare atento y me esforzaré para lograrlo.

-        Espero que seas hombre de palabra.

-        Lo que digo lo hago, soy un hombre de primera y eso me hace un hombre de palabra.

-        Eso fue un gran discurso, veamos ¿cómo explicártelo? debes estar libre de preocupaciones y entrar en un estado de relajación tan tranquilo como el azul del cielo, debes tener el rojo de la pasión, el amarillo de la superación, el verde de la supervivencia, la dureza del marrón, el morado, el rosado, tenerlos todos en tu mente y olvidarlos, saber de todas tus características y separarlas de tú mente alejarlas y dejar de lado los perjuicios eso te hará capaz de leer las nubes.

-        Ok, veré que hago con lo que me dijiste...

                Bueno lo primero que me dijo fue... recuerdo muchos colores, como una paleta de artista ¿qué colores nombró? Rojo, azul, amarillo, verde, marrón, rosa, morado, y le dio características a cada uno, pasión tranquilidad... debo agregar mis propias características representadas en colores.

                Visualice la paleta llenándose de diferentes colores cada vez con menos espacios, impaciencia, honestidad, impuntualidad,  descuido, servidumbre, educación, manipulación, egoísmo, imitación, discordia, en la paleta se fueron mezclando los colores poco a poco y cuando me pareció que comenzaba a repetir colores pare de pensar y dije que ya los tenía todos... Pero algo extraño paso, la paleta de mi mente era totalmente negra, se supone que el negro es la ausencia de color...

                ¡¡¡Un momento!!!

                ¡¡¡Eso es!!!

                ¡¡¡Ese es el secreto!!!

                ¡Todo y nada están más relacionados de lo que yo creía, para pensar en nada debo pensar en todo y eso me hará leer las nubes!

                Pero algo andaba mal, sigo sin saber que decían las nubes, ahora mi mente simplemente no está trabajando.

-        Tengo un problema...

-        ¿Que será humano?

-        Seguí tus palabras y pensé en todas mis características representadas por colores y al final de todo me dio negro, entendí el fundamento para pensar en nada y la única forma de hacerlo es pensando en todo, pero cuando logro ese estado no puedo pensar... ¿Cómo leo las nubes?

-        No puedo creer que de verdad lograras entrar en el estado nulo en el primer intento... Me costó mucho tiempo encontrar la forma de llegar hasta donde estas tu ahora.

-        Yo he tenido ayuda, tú me has guiado en el camino así que mi trayecto no fue tan duro como el tuyo.

-        Eres astuto humano, piensas rápido y tus palabras son acertadas, te ganaste el resto de mi guía, y consiste en lo siguiente... Si entras en un cuarto oscuro ¿Que es lo primero que haces?

-        Prendo la luz...

-        ¿Para qué y porque?

-        Para iluminarlo y porque quiero ver....

-        Ahora llévalo a la práctica...

                La solución era tan simple que me provocó golpearme la cabeza una y otra vez, pero como no soy masoquista sólo lo hice en mi imaginación... Luego de reprender la falta de astucia comencé el ejercicio desde cero, pero esta vez me puse cómodo en el suelo, deje caer mis párpados y comencé a visualizar características y colores, muchos colores pero no importaba cuantos eran, no lograba encontrar el negro de nuevo; lo intente una y otra vez y mis ánimos fueron bajando, las palabras de la estatua me habían hecho sentir especial, pero ahora me doy cuenta que esas palabras no me las merezco, entonces la decepción formo parte de la paleta, la tristeza, la incertidumbre, el dolor, la soledad, la frustración, todos los sentimientos que se cruzaban por mi mente terminaban siendo colores y uniéndose a la paleta, cada vez más y más sentimientos oscuros fueron apareciendo y tomando colores que ya no me daba tiempo de ver, sólo sentía el acto de unión...

Al final sólo sentí un fuerte vacío que no me dejaba ir, estaba en un cuarto oscuro e inmenso pero aún así sentía las paredes demasiado cerca, mi percepción del espacio estaba completamente difusa, nada era correcto... nada... nada... nada...

-        ¡Despierta de una vez!

               

                Un ardor recorrió mi mejilla y se extendió a toda mi cara, tenía la mitad del cuerpo bañado en sudor y a la estatua encima de mí, estaba levantando su mano para asestar el siguiente golpe cuando justo a tiempo reaccione y metí la mano, no llego a tocar el brazo que metí porque se detuvo lo suficientemente rápido para evitar el golpe.

               

-        Que buena me la has jugado muchacho...

-        ¿Qué ha pasado?

-        Dímelo tu, estaba leyendo las nubes cuando tu sólo comenzaste a retorcerte por el suelo, las nubes presintieron tu partida y me dijeron que aún era pronto para ti y que por favor interviniera  por eso me vi obligado a dejar de leer y salvarte el pellejo.

-        Estaba entrando en el estado nulo, cuando de pronto estaba en una intensa oscuridad que comenzó a devorar mi todo... y sentí como el negro que me rodeaba ya no me pertenecía, como perdía el control del vacío, como me encerraba y no me dejaba libre, me quería presionar hasta que cediera mi lugar y él tomara el control, la oscuridad era muy fuerte y estaba a punto de desbaratarme cuando "sentí" tu ayuda, te estoy agradecido pero... ¡tu pegas duro!

-        Al final no pudiste contra la oscuridad de la humanidad, cuando entras en estado nulo uno es todo y todo es uno, tu oscuridad se une a la de toda tu raza y debes ser más fuerte que ella para poder dar el siguiente paso.

-        ¿Cómo puedo volverme más fuerte?

-        Eso tienes que descubrirlo tú, la forma de volverte fuerte es según lo que tú quieras ser, que tan fuerte te puedas volver según el camino que elijas depende también de tu corazón.

               

                Diciendo esto volvió a su forma original y de nuevo miro hacia el cielo, entonces pregunte lo que quería saber en ese momento.

-        ¿Quién te creo?

-        Pequeño humano... No soy una estatua, soy un druida... un elfo nocturno que ha dedicado su vida a leer nubes en este valle, las nubes cuentan cosas interesantes y yo las he interpretado por muchos años consecutivos, pero gracias a ti, mi récord se vio interrumpido.

-        No sé si es mi culpa, pero debo disculparme por mi imprudencia.

-        Tan oportunas tus palabras vuelven a ser, no te preocupes; la verdad te habría dejado morir... pero nunca creí que las nubes volverían a dirigir sus palabras a mi otra vez, gracias a tú imprudencia pude ver de nuevo mi nombre en el cielo.

-        ¿No hablas con las nubes? ¿Cuántas veces has leído tu nombre en el cielo?

-        Las nubes ya no hablan porque hay muy pocos lectores en este mundo, poco a poco fueron callando por la oscuridad de los corazones, hasta que sólo fueron mensajeras del mundo que ven, hace unos doscientos años era una conversación inigualable al hablar con las nubes, pero desde ese momento sólo lo volvieron a hacer dos veces contando esta, tuve el privilegio de sus palabras muy poco tiempo pero gracias a ti pude recuperar un recuerdo perdido, solo por eso no estoy molesto pequeño humano.

-        ¿¡Hace doscientos años!? ¿Cuántos años tienes?

-        El tiempo para un elfo es distinto que para ustedes que no te sorprenda la edad de nadie, en este mundo hay cosas más antiguas de lo que crees.

-        ¿Y cómo te llamas?

-        Mi nombre aún es mucho para tus oídos, sin embargo vuelve cuando puedas leer las nubes y te lo diré.

                Esta era la primera negativa que me daba aquella estatua "elfo" y la decepción hizo que volviera a tener contacto con el mundo real, sentí como el tiempo que para mí se había detenido avanzaba de nuevo, me quedaba poco tiempo de luz y yo aún seguía perdido...

-        Elfo, otra pregunta ¿cuánto tiempo queda de luz?

-        Quedan unas dos horas de luz solar para ti humano.

-        Entonces debo irme pero no se salir de este bosque ¿puedes indicarme el camino?

-        Este bosque no mantiene sus senderos y yo llevo mucho tiempo aquí, dudo que pueda indicarte dirección alguna.

-        ¡Oh, entonces muchas gracias! parto de igual forma, espero nos volvamos a ver.

               

                Aunque de verdad quería verlo de nuevo dudaba mucho que pudiera volver a aquel valle, me abastecí de agua y subí por las rocas hacia el bosque e intentaría encontrar mi camino...

                No volví la vista temiendo que todo fuera una ilusión, que me haya quedado dormido y todo fuera un sueño y aunque estaba seguro que había sido real seguí sin voltear.

                Encontrar un sendero no fue difícil y esta vez lo seguí a paso apurado para avanzar lo más que pudiera mientras durara la luz, luego armaría mi tienda y trataría de descansar, hoy realmente ha sido un día largo y aun no termina, aunque fue realmente muy inspiradora esta experiencia de pensar en nada la vida seguía.

                Reflexionando y recordando esto llegue al final del bosque y cuando salí sentí la emoción de alcanzar la meta y lograr encontrar el camino dándole fin a esta aventura aunque fuera solo un día que comenzó la noche anterior... camine y al pasar unos segundos veo en el horizonte alzarse una casa ¡Era la cabaña! No era el fin sólo el principio.

                ¡Estaba de nuevo en el principio de todo!

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