Capitulo VI

REVIVIR

Las llamas se extinguieron tan rápido como se crearon, solo me quedaba el recuerdo de la sensación horrible que es ser quemada por completo, me incorpore rápidamente al ver que el cuerpo del chico aun estaba ardiendo tan cerca mío y fue cuando me percate de que el dragón aun estaba allí.

Sus ojos comenzaron a brillar y se hicieron imponentes ante la oscuridad de la cueva, luego un destello de luz me segó de nuevo, pero esta vez recupere la visión con más rapidez, el dragón volvió a ser una estrella y debajo de él estaba materializado Zayd, la estrella descendió y se coloco a la altura de su pecho y luego salió disparada deteniéndose justo frente a mí, pensé en tocarla y estaba a punto de estirar el brazo cuando una bola de llamas apareció entre nosotras.

El cuerpo, que aun ardía estaba flotando en el aire frente a mí, comenzó a moverse y describió un semicírculo en conjunto con la estrella quedando ambos frente a mí, ascendieron poco más de un metro del suelo, completaron el giro y la estrella quedo frente a mí nuevamente.

A la bola de fuego la dividió una línea oscura por todo el centro, de golpe salieron disparadas la mitades en sentido contrarios estirándose y formando unas magnificas alas de fuego gris, en el centro de ellas estaba el cuerpo inerte del chico, no lograba entender aun que hacia él en el valle ni que pasaba aquí, la estrella se le acerco al pecho tomo el tamaño de una nuez y perdió el brillo tornándose de un color caramelo intenso, de pronto las alas se desvanecieron y el cuerpo cayó pesadamente al suelo con un sonido muerto.

La voz de Zayd resonó en la cueva con un tono neutral, como si nada fuera pasado.

-        Menrid.

-        Mande mi señor.

-        Le servirás al portador del zafiro de Hotby, así que ahora deberás seguir y obedecer a este, humano… hasta el momento de su muerte y si él lo hace posible después de ella.

-        Mi señor ¡nací para servirle a usted! No quiero estar bajo las órdenes de un... ¡Humano!

-        ¡Cuida tus palabras! le sirves al portador del zafiro de Hotby y fuiste elegida por él mismo, así que no tienes el derecho de elegir ¡siéntete honrada! pues siendo la menor de todas tus hermanas en capacidad y experiencia aún así fuiste seleccionada por un dragón mayor.

-        Lo siento mi señor.

-        Ya no me sirves a mí y ya no eres más una hermana, esto no es un destierro, tú has ascendido a servidora y debes dar tu vida por tu nuevo amo, como mía en el pasado, tu vida ahora es de él...

-        Si... Señor.

-        Espero no volvernos a ver, ya no me sirves a mí y todos tus títulos en este lago han sido removidos, cuídate y no vuelvas... No quiero que sufras.

Aun con el tono neutral de Zayd pude sentir la tristeza que habían en las palabras en aquella despedida definitiva, Menrid lloraba mientras él desaparecía en el lago, un escalofrío me invadió el cuerpo al ver una lagrima caer por la mejilla de aquel ser tan imponente, no creí posible ver una criatura sin rostro llorar, y lo completo darme cuenta que solo tenía cuatro alas en su espalda…

No estaba entendiendo nada.

Menrid camino hasta una maleta que parecía del chico, estaba volteada más adentro en la cueva, tomo un estuche de primero auxilios y volvió hasta el cuerpo acomodándolo boca arriba…

-        ¿Qué es lo que ha pasado?

-        Mi señor me ha asignado la tarea de cuidar a este humano hasta el día de su muerte… eso es todo.

-        Entonces no llores más... Le he revisado antes y no tenía signos vitales ni pulso.

-        No entiendes Elissa, ahora este es el portador del zafiro del dragón Hotby, su vida ahora es la de un dragón y no es cualquier dragón, Hotby es un dragón mayor, el mayor de los tres a los que servía mi maestro, el más sabio, poderoso y vital de todos... ¡Eso hace que mi castigo sea eterno!

-        Aun así, sigue sin pulso ¡tú ya eres libre! ¡Salgamos de aquí juntas y te mostrare la luna de la que tanto has escuchado! Luego podrás volver si quieres

-        Sigues sin entender... acércate y verifica sus signos Elis...

La vi con una cara que tranquilaría a cualquiera, una que le decía “no estás sola” y “Cuenta conmigo” pero no logre mucho, así que simplemente me acerque al cuerpo, estaba realmente caliente como si aun ardiera y con solo tocarlo pude sentir su pulso fuerte y claro, la impresión causo un salto de reflejo alejándome del chico y cayendo hacia atrás…

-        ¡Estoy segura de que él estaba muerto! ¡No tenia pulso! ¡Estaba frío como la muerte! ¡Estoy muy segura!

-        El dragón ahora es él... tiene nueva vida y no cualquiera, sino la de un dragón.

-        ¿Quieres decir que el dragón lo revivió?

-        Sí, pero esto fue algo extraño, Hotby absorbe la vida alrededor para transportarla al cuerpo y para levantar algo del lecho de muerte necesita una viva para pagar…

-        Sí, pero no sabía que los dragones se fusionaran con cosas sin vida.

-        Además que elegir un servidor y un portador por separado también es extraño.

-        ¿Cómo toman la vida los dragones?

-        No todos pueden hacerlo, solo los universales pueden hacerlo, ni Dragnt y Urdt pueden tomar vidas por ser celeste y terrestre, estos son los otros dos dragones de mi señor, y las llamas grises es con las que toman las vidas.

-        No es que quisiera algo distinto, pero las llamas no me mataron ¿sabes por qué?

-        No lo sé... yo perdí el conocimiento, desperté por la llamada de mi señor

Esa respuesta me pareció evasiva... Zayd debió decirle algo, pero ahora no era el momento, el chico tiene pulso y eso es lo primero...

-        Otra cosa Elissa...

-        Dime…

-        No confío en los humanos, tú eres un caso especial, el cual incluso mi señor considera así...

-        ¿El punto es?

-        ¿Podríamos mantener estos hechos y mi situación en secreto para él? Mi tarea no se verá afectada aun si él no es consciente de ello, pero yo estoy obligada a hacer lo que él desee y la codicia humana no tiene límites, tengo miedo de cómo podría terminar todo esto...

Verla llorando y diciéndome que tiene miedo, no podría decir que no, además tenía razón... ¿Qué tan sucia podría llegar a ser la mente de un hombre? eso nadie lo sabe, así que asentí y comencé a ayudarla a vendar las múltiples heridas del cuerpo

¿Qué habrá pasado en el fondo del lago? Las heridas que tenía el chico esparcidas por la espalda, piernas y brazos eran horribles y profundas, solo teníamos adhesivo en el estuche, así que no pudimos hacer mucho, la muñeca estaba dislocada y un brazo fuera de lugar, entre el silencio de la cueva resonó el ¡crack! de los huesos al volver a su sitio, Menrid me vio con cara de preocupación y le devolví una sonrisa de “sé lo que hago”, en esta situación es una ventaja que este inconsciente sino este chico habrían gritado mucho.

El resultado de la obra fue una momia con la cabeza descubierta, por lo menos no sangraba y su aspecto no era asqueroso; revise a ver que quedaba en los restos de la maleta y encontré una tienda de campaña algo grande, era suficiente para todos, comenzaba a hacer frio y no sé cuanto tardare en irme, así que era buena idea armarla.

Entre las dos llevamos el cuerpo adentro y lo acomodamos a un lado, nos sentamos al otro lado y con la vista fija en el chico Menrid rompió el silencio que me acosaba.

-        ¿Tú lo conoces?

-        No... Lo siento, quisiera poder contarte algo de él, pero sólo lo conozco de hoy por la tarde mientras iba por el bosque.

-        ¿Y porque bajaste al fondo por él?

-        Porque él no es del bosque...

-        Pero, me dijiste que los elfos los habían tirado aquí... ¿Qué fue lo que pasó entonces?

-        Yo sólo pasaba por el valle, cuando lo vi bajando por el rincón del lector y sentí curiosidad así que lo llame y estaba saludándolo cuándo nos emboscaron.

-        ¿Qué fue lo que dijeron los elfos?

-        "Te perdonaron de día morirás de noche" y "Es tu culpa por volver"

-        Fue tu culpa por volver... Eso quiere decir que ya había estado en el valle y si lo habían perdonado antes debe haber hecho algo ¿qué clase de persona será?

-        Cuando nos atacaron me pareció que no sabía nada, incluso creo que pensó, era obra mía...

-        Pero, hacer que los elfos le dieran pena máxima es extraño para un extranjero.

-        ¿Sabes qué? No me pareció mala persona... Además, si hubiera tenido una mala impresión de él no habría bajado ¿no lo crees?

Y con una sonrisa asintió con la cabeza. 

No volvimos a cruzar palabra, se recostó en mi hombro y se durmió...

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